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Renacen los 'chalecos amarillos' con una jornada de ira contra Macron

Miles de ‘chalecos amarillos’ se manifestaron este sábado en París y varias capitales de provincias en Francia contra la reforma del sistema nacional de pensiones, la carestía de la vida y un largo rosario de reivindicaciones contra Emmanuel Macron y su Gobierno. La jornada de ira puede resumirse así: el presidente quiere que los franceses trabajen más; los franceses quieren trabajar menos. El movimiento de los ‘chalecos amarillos’ fue una fronda social muy profunda que provocó una crisis política sin precedentes entre noviembre de 2018 y finales de 2019 . La propagación mundial de la pandemia del Covid aceleró la descomposición del movimiento, que amenaza con renacer como respuesta contra la multiplicación de crisis agravadas por la guerra de Rusia contra Ucrania. El colectivo Chalecos amarillos y ciudadanos en cólera convocó estas manifestaciones. La llamada tuvo un éxito callejero modesto, pero una dimensión simbólica excepcional. Durante las últimas cuatro semanas, Francia ha vivido un rosario inconcluso de movimientos de protesta. Los conductores de tren bloquearon el tráfico nacional antes de las Navidades. Los médicos liberales han estado en huelga, antes, durante y después de las fiestas. Los sindicatos anuncian una «huelga ilimitada» en los hospitales públicos a partir del próximo día 10. Seguirá una huelga en los transportes públicos, trenes, metro y autobuses el día 13. Todas las centrales sindicales han desenterrado el hacha de guerra contra la reforma del sistema nacional de pensiones, que debe presentarse el 10 de enero. Se trata de una protesta generalizada que plantea un problema de inmenso calado. En su mensaje de fin de año, Macron anuncio que los franceses «deben trabajar más» para poder asegurar su sistema de pensiones, pagar el sistema hospitalario nacional y asegurar un futuro a los jóvenes. Según un sondeo publicado por ‘Le Figaro’, un 74,8% de los franceses están en desacuerdo con su presidente. La ‘resurrección’ imprevisible de los ‘chalecos amarillos’ (de extrema izquierda y de extrema derecha) ilumina la resistencia y angustia social de una Francia profunda que se siente malquerida por la tecnocracia parisina y sufre muy directamente la carestía de la vida. Edad de jubilación Las huelgas de los médicos y el personal hospitalario ponen el dedo en una llaga cancerosa: un 55% de los franceses dicen «tener problemas» para poder cuidarse correctamente. La crisis de la reforma del sistema nacional de pensiones es la más profunda y más emblemática. Los ‘chalecos amarillos’ paralizaron la reforma durante 2018 y 2019. La pandemia provocó la renuncia del proyecto original. El punto esencial de la reforma es el paso de la edad de jubilación de los 62 a los 65 años, acompañada de un intento de igualar las pensiones del sector público (con edades de jubilación entre los 55 y los 60 años) y las del sector privado: peor remuneradas, con más años de cotización. El 68% de los franceses son favorables a la jubilación a los 60 años. Y un 58% apoyan con simpatía a los sindicatos que se oponen a la reforma. Según los últimos sondeos, apenas un 30-32% de franceses tienen confianza en Macron, mientras un 65% tienen mala opinión o desconfían de su presidente. «Macron pierde terreno en todas las categoría sociales, por muy distintas razones», comenta Bernard Sananès, presidente de Elabe, sociedad de estudios sociológicos, agregando: «El presidente solo está apoyado por los jubilados, la tercera edad más favorecida. La reforma del sistema nacional de pensiones, y el trabajar más o menos, son la cúpula de unas inquietudes nacionales muy profundas».
Source: abc internacional

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