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El asesinato de una concejala brasileña revela una trama de corrupción y vínculos de la mafia con políticos y policías

La policía brasileña resolvió este domingo el asesinato político más importante de la historia reciente del país, al arrestar a los tres autores intelectuales del atentado contra la concejala Marielle Franco, acribillada con cuatro tiros en la cabeza hace seis años. La policía sorprendió al revelar que los sospechosos del crimen son dos influyentes políticos, y el entonces jefe de la policía de Río de Janeiro, Rivaldo Barbosa , que no solo obstruyó las investigaciones, sino también diseñó un crimen, casi perfecto. La noticia cayó como una bomba en la prensa, pero especialmente sobre la familia de Marielle, que tras el atentado recibió de Barbosa abrazos efusivos y la promesa de que era una «cuestión de honor» de su gestión resolver el crimen, en el que también murió el chofer de la concejala, Anderson Gomes. Según revelaron las investigaciones difundidas el domingo por la Corte Suprema, Barbosa apoyaba a otros dos autores, los hermanos Domingos y José ‘Chiquinho’ Brazão, el primero, consejero de Tribunal de Cuentas de Río, y el segundo, diputado federal, por lo que el caso llegó a la máxima instancia judicial. El ministro de Justicia, Ricardo Lewandowski, dejó claro que considera el caso resuelto y que ha dado la respuesta para la pregunta que la familia y activistas hicieron en sus redes sociales durante 2.201 días: «¿Quién mandó matar a Marielle?». «El caso está encerrado, hasta que salgan a la luz nuevos elementos. Tenemos una imagen clara de los autores de este crimen abyecto, que era claramente de naturaleza política. La policía, en sus investigaciones, ha identificado a los autores intelectuales y a otros implicados», declaró Lerwandovski, que además explicó el posible motivo del crimen. Noticia Relacionada estandar No Bolsonaro, acusado de presunto fraude por falsificar el certificado de vacunación contra la Covid verónica goyzueta | corresponsal en sao paulo Los autores tenían un conflicto con la concejala que actuaba contra su intento de apoderarse de tierras públicas para promover la especulación inmobiliaria en barrios pobres de Río de Janeiro. Marielle Franco, asesinada con 38 años y una carrera en ascensión, defendía que estos terrenos se usasen para viviendas populares. Caminos hacia la corrución La solución del caso, sin embargo, ha desatado un ovillo de hilo que apenas se desenreda. La participación de un exjefe de la policía, de un diputado federal y de un alto funcionario de Río de Janeiro, ha arrojado luz sobre cómo las mafias y milicias de la ciudad transitan libremente en los altos escalones del poder. Barbosa fue nombrado jefe de la policía de Río, un día antes del asesinato de Marielle, por el entonces interventor de la ciudad, el general Walter Braga Neto, que después sería excandidato a vicepresidente del exmandatario Jair Bolsonaro , de quien es también muy cercano. Braga Neto es incluso citado en las investigaciones sobre un intento de golpe bolsonarista. Según las investigaciones, Barbosa ocultó pruebas, plantó falsos testigos e hizo lo posible por proteger a los hermanos Brazão. Cuando no pudo protegerlos más, lanzó a los leones a los ejecutores del crimen, los expolicías   Ronnie Lessa y Elcio Vieira de Queiroz , a quienes también había prometido esconder. Asesino a sueldo en este y otros crímenes, Lessa firmó hace seis meses un acuerdo de delación con la policía en el que dio por fin el nombre de sus jefes. Los hermanos Brazão, por su parte, son de esos políticos que caminan siempre al lado del poder, no importa cual sea la ideología y tienen negocios y polémicas en las altas instancias de poder de Río, que incluyen mafias y milicias. En internet han aparecido las fotos de Chiquinho haciéndole campaña a la expresidenta de izquierdas, Dilma Rousseff , y cuatro años después subido en un coche de campaña con el ulraderechista Bolsonaro. Los expolicías Ronnie Lessa y Elcio Vieira de Queiroz Un símbolo La reapertura de las investigaciones coincide con el fin del Gobierno Bolsonaro, que nunca se interesó en avanzar en la investigación de un crimen que mató a una líder que era una promesa política de la izquierda, una joven negra, bisexual y de la periferia de Río de Janeiro. Ninguno de los acusados se imaginó nunca que Marielle se convertiría en un símbolo, de esos que estampan camisetas, calcomanías y murales en las principales ciudades de Brasil. El fiscal general nombrado por Bolsonaro, Augusto Aras , que dejó el cargo el año pasado, tampoco avanzó con las investigaciones dejadas por su antecesora, Raquel Dodge. Las investigaciones fueron retomadas por el Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva que la incluyó entre sus promesas. La hermana de Marielle, Anielle, es ministra de Derechos Humanos del actual Gobierno. Otra conexión del caso con Bolsonaro es una coincidencia. Lessa era vecino, casi de puerta en el condominio Vivendas da Barra, donde viven Bolsonaro y su familia, en Barra da Tijuca Río de Janeiro. El hijo menor de Bolsonaro y la hija de Lessa tuvieron un corto romance, pero eso no prueba nada, son apenas algunas de las curiosidades del caso. Todos los investigados viven en el área de Barra da Tijuca, un joven barrio de clase alta de la ciudad. Todo indica que en las 400 páginas de la delación de Lessa hay mucho que investigar sobre las mafias y la corrupción de Río de Janeiro. Las revelaciones, sin embargo, ocurren seis años después, cuando varias pistas, imágenes de cámaras y secretos telefónicos no están disponibles. Las investigaciones sobre el caso Marielle están encerradas, pero abre espacio para ir más lejos en el avance de la corrupción y de las milicias en el poder.
Source: abc internacional

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