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Los reptiles suelen ser caracterizados como animales de sangre fría, sin emociones y peligrosos. Pero hay mucho más de lo que parece a simple vista respecto a estos animales. Los reptiles son animales de sangre fría (casi todos lo son), pero esto no quiere decir que no tengan emociones o que sean increíblemente crueles. Lo que sucede es que no mantienen automáticamente una temperatura corporal constante. En un ambiente cálido, un reptil consigue el calor de su entorno, en un ambiente frío, un reptil estará frío. Necesitan tumbarse al sol para mantener el calor de su cuerpo. Esto también significa que los reptiles no queman tanta energía como nosotros para mantener su cuerpo caliente, por lo que no se ven obligados a ingerir tanta comida como un mamífero de tamaño similar u otros animales de sangre caliente. De hecho, hay algunas serpientes, por ejemplo, que pueden pasar cinco o seis meses entre comida y comida.
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