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El decretazo de Macron atiza el fuego en toda Francia y provoca dos mociones de censura

Emmanuel Macron ha recibido el apoyo de la OCDE, pero el decretazo usado para imponer su reforma del sistema nacional de pensiones ha agravado las tensiones sociales, con muchos flecos incendiarios, cuando se han presentado dos mociones de censura contra su gobierno y las montañas de basura continúan acumulándose en las calles de París. Mathias Cormann , secretario general de la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo (OCDE), que reagrupa a todas las grandes democracias industriales, declaró la tarde del viernes: «Vivimos más tiempo, con mejor salud. Se debe aceptar trabajar un poco más. La edad de la jubilación, en Francia, es baja, comparativamente. Estoy seguro que el Gobierno debe ir hasta el fin en la línea que ha adoptado». Apoyo institucional, internacional, que contrasta con la agravación de todas las crisis nacionales, tras el recurso al artículo 49.3 de la Constitución, que permite aprobar un proyecto de Ley sin debate parlamentario. Noticia Relacionada estandar Si Macron impone su reforma de las pensiones con un decretazo que abre otra crisis de fondo Juan Pedro Quiñonero El presidente francés recurrirá al polémico artículo 49.3 de la Constitución y un Consejo de Ministros dio su visto bueno En el terreno social , ese decretazo atizó, desde el instante mismo de su aprobación, las llamas de numerosos incendios callejeros, en París y numerosas capitales de provincias. Tras el centenar de detenciones de la noche y madrugada del viernes al sábado, los sindicatos convocaron otra jornada de huelgas y protestas para el próximo jueves día 23 de marzo. La jornada de protestas del sábado día 11 estuvo marcada por un retroceso del número de huelguistas y manifestantes en más de doscientas ciudades de toda Francia. Tras el decretazo del jueves pasado, las movilizaciones han sufrido un subidón espectacular. Laurent Berger, secretario general de la CFDT, uno de los grandes sindicatos franceses, declaró la tarde del sábado: «El decretazo ha atizado el fuego en toda Francia. Para apagar ese fuego será necesario retirar la reforma». Todos los sindicatos de Francia apoyan esa petición común, excepcional: exigen que el Gobierno de Emmanuel Macron retire su reforma de las pensiones, incluso si ha sido aprobada con un recurso institucional, el artículo 49.3 de la Constitución . Se trata de un choque imprevisible: los sindicatos, la calle, pidiendo la retirada de una decisión adoptada según una norma que respeta todos los principios de la legalidad, apoyada por la OCDE. Diciéndose «confiados» en su «victoria final», los sindicatos relanzan todo tipo de acciones. En París, la mañana del viernes comenzó con cortes aleatorios de la circulación en la carretera de la circunvalación de la capital. Siguieron nuevas manifestaciones de protesta en lugares emblemáticos, como la Plaza de la Concordia , donde comenzó la nueva revuelta, un día antes. El Ministerio del Interior movilizó a varios millares de unidades anti disturbios para intentar contener a los elementos más radicales de la protesta, pidiendo acciones más duras. Huelga indefinida La totalidad de los sindicatos lanzaron, por su parte, nuevos llamamientos de todo tipo: huelga reconductible en los ferrocarriles nacionales, huelgas aleatorias en los servicios públicos, huelgas en sectores estratégicos, como la distribución de energía. La CGT, otro de los grandes sindicatos franceses, ha pedido la prolongación de la huelga indefinidamente, en todas las refinerías de Francia. Un 2,5 % de las gasolineras y estaciones de servicio están sufriendo cortes o ruptura de suministros. En la región de Marsella, esos cortes afectan al 10 % de las gasolineras. CGT y CFDT han pedido, al alimón, la multiplicación de «acciones visibles» de protesta de muy diversa naturaleza: corte del tráfico en carreteras y autopistas; manifestaciones callejeras de protesta cívica. En bastantes universidades, el movimiento social es secundado por estudiantes. En París, en la histórica Sorbonne, una asamblea pidió al sábado el apoyo al movimiento sindical. Mociones de la izquierda y la extrema derecha En el terreno parlamentario, los grupos de la Francia Insumisa (extrema izquierda) junto con LIOT (Libertades, Independientes, Ultra mar y Territorios), y la Agrupación Nacional (extrema derecha) han presentado en la Asamblea Nacional (AN), primera cámara del Parlamento, dos mociones de censura que serán discutidas la semana que viene. Tienen pocas probabilidades de éxito. Pero harán mucho ruido. Montones de basura en una calle de París como consecuencia de la huelga de los basureros en protesta por al reforma de las pensiones afp En el terreno gubernamental, las llamas del incendio nacional se propagan en varias direcciones. Aurore Bergé , presidenta del grupo parlamentario de Renacimiento, el partido presidencial, ha pedido a Élisabeth Borne , jefa de Gobierno, que «asegure la protección física de sus parlamentarios». Medidas de protección Se trata de una petición sencillamente excepcional. Una veintena de residencias y oficinas personales de diputados macronianos y de la derecha tradicional han sido amenazadas físicamente por bandas de jóvenes radicales, protestando con pintadas y pedradas. El Ministerio del Interior se ha visto forzado a tomar medidas de protección particulares para evitar incidentes físicos lamentables. Ante esas llamaradas de protesta, atizadas por el decretazo con el que Emmanuel Macron ha deseado imponer su reforma de las pensiones, el presidente se ha «refugiado» en el Elíseo, dejando en primera línea de combate a su jefa de Gobierno, Élisabeth Borne, acosada y amenazada por todas partes, cuando la gran mayoría de las fuerzas políticas nacionales piden su dimisión y un cambio de gobierno. Borne se encuentra en una posición frágil e inestable, convertida en «fusible» de un presidente que se ha refugiado silenciosamente en el palacio del Elíseo, a la espera de imprevisibles acontecimientos. Toneladas de basura Ese paisaje político, fiel reflejo de una crisis nacional grave, todavía está «coloreado» de manera esperpéntica por las toneladas de basura sin recoger en muchos barrios parisinos, ante varios de los grandes monumentos nacionales, del Arco del Triunfo a la catedral de Notre Dame. Se trata de la huelga de basureros más importante desde hace muchos años, provocando un problema de sanidad pública de cierta gravedad en la capital de Francia.
Source: abc internacional

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