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Austria abre el debate sobre su neutralidad tras la amenaza de Putin

La neutralidad, consagrada en la Constitución austriaca, ha venido formando parte de la identidad del país desde la II Guerra Mundial. Aunque ha dispuesto de 580 millones de euros en ayuda humanitaria para Ucrania, ha acogido a 50.000 refugiados y ha respaldado las sanciones europeas a Rusia, mantiene abiertos los canales de comunicación con Moscú y no participa en el envío de armas. El canciller Karl Nehammer creyó haber zanjado cualquier posible discusión al respecto en marzo, cuando declaró que «la neutralidad austriaca le ha servido bien en el pasado y continúa haciéndolo: Austria era neutral, Austria es neutral y Austria seguirá siendo neutral». En abril visitó a Putin en Moscú con la intención de hacer el papel de mediador, sin éxito ninguno. Pero un año después del inicio de la invasión y ante el proceso de rearme en el que se encuentra ocupada Europa, la sociedad austriaca debate por primera vez cuánto tiempo más puede seguir amparándose en la neutralidad. Noventa expertos y figuras públicas han pedido públicamente una reorientación de la política de seguridad austriaca en una carta abierta que critica que la nación se mantenga al margen del conflicto. Entre los firmantes de la carta abierta dirigida al presidente van der Bellen, figuran el primer vicepresidente del Parlamento Europeo Othmar Karas, del Partido Popular Europeo, y el ex ministro de Defensa liberal Herbert Schreibner. Sus argumentos son que se están descuidando cuestiones importantes sobre el futuro de Austria, Europa y el orden internacional, «sobre todo la cuestión de qué medidas pragmáticas pueden proteger mejor a nuestro país». «Austria actúa como si el mundo se hubiera detenido el 23 de febrero de 2022», dice la carta, «muchos austriacos todavía parecen creer o esperar que nada haya cambiado realmente para nuestro país, que podemos mantenernos al margen de todos los conflictos militares y protegernos en el futuro previsible». «Fundamentos constitucionales anacrónicos» El documento señala que «nuestros fundamentos constitucionales y doctrinas de seguridad son anacrónico» y considera relevante que «las fuerzas armadas de Austria no estarían preparadas para defender seriamente la patria y respaldar a otros estados de la UE como realmente prometieron«, a pesar del aumento del gasto militar de 16.000 millones de euros presupuestado hasta 2027 , «nuestros servicios de inteligencia aún no cuentan con suficientes recursos y no reciben información relevante… Algunos sonríen internacionalmente a nuestra posición en materia de política de seguridad, mientras que otros la perciben como débil». El cofundador de Neos, Veit Dengler , y el publicista Rainer Nowak, han explicado de forma más explícita, en un artículo publicado por Der Standard, las terribles consecuencias que puede tener para Austria el hecho de no estar alineada con el bloque occidental y apuntan que el impredecible Putin, acorralado, podría buscar la forma de elevar la apuesta estratégica sin temor a una intervención militar directa de la OTAN . «¿Por qué no golpear dolorosamente a un país que no es miembro de la OTAN pero que sin embargo pertenece a la falange de las sanciones y el miembro de la UE?», sugieren, «si un misil se pierde en Austria en su camino a Ucrania… la señal sería inequívoca: Putin está listo para expandir la guerra…Y de inmediato la lucha política se volvería tóxica en Alemania y Francia, los partidarios de negociaciones a cualquier precio se fortalecería, mientras Austria no podría defenderse y la OTAN no tendría que hacerlo». «Es importante enfatizar que si bien somos militarmente neutrales, de acuerdo a nuestra Constitución y leyes, ciertamente no somos políticamente neutrales cuando se trata de Ucrania», ha establecido la ministra de Defensa, Klaudia Tanner. Y eso parece bastar para los austriacos, que en un 70% se declara a favor de la neutralidad en las encuestas, porcentaje similar al de hace 20 años. «Eso está cambiando», asegura Nowak, «al igual que todo está cambiando debido a la guerra de ucrania». «Para dejar de ser neutral, Austria debería eliminar su Ley de Neutralidad de 1955 y requeriría una modificación constitucional, el parlamento podría abolirla con al menos dos tercios de los diputados y no sería necesario un referéndum», explica el politólogo de la Universidad de Graz Kluas Poier, «pero se han establecido ya muchas excepciones, como las operaciones de paz de la ONU o las sanciones a Rusia, y el Tribunal Constitucional puede decidirlas también caso por caso».
Source: abc internacional

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