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¿Quién asesinó al obispo de Los Ángeles? Arrestan al marido de su ama de llaves

La comunidad católica de Los Ángeles, la diócesis más grande de EE.UU., se vio sacudida por una noticia este fin de semana: uno de sus obispos, David McConnell , había sido hallado muerto en su casa. No parecía un accidente: tenía una herida por disparo en el torso. ¿Quién pudo querer matar al obispo, un hombre respetado y querido en Los Ángeles, que se desvivía por los humildes y los desventurados? O’Connell, un religioso irlandés de 69 años, había pasado décadas de vida pastoral en California tras ordenarse sacerdote en su tierra, en el seminario de Todos Los Santos de Dublín. Noticia Relacionada estandar No Algeciras despide al sacristán asesinado: «A los cristianos nos han enseñado a perdonar» M. MOGUER/ S. A. El obispo de Cádiz recuerda que Diego Valencia, el sacristán asesinado por un ciudadano marroquí, murió «por su fe y recordando su fe» «Era la ayuda de los indefensos y la esperanza de los desesperanzados», dijo el lunes la supervisora del condado de Los Ángeles, Janice Hahn, en un acto en homenaje al obispo. «Sabía que servir a Dios significaba servir al hombre». La conmoción en la comunidad religiosa y en los órganos de gobierno de la ciudad ante un asesinato inexplicable aumentó con otra noticia: la policía había detenido este mismo día a un hombre en relación con el aparente asesinato de O’Connell. Se trata de alguien muy cercano a su vida doméstica: Carlos Medina, de 65 años, el marido del ama de llaves del obispo. O’Connell vivía solo, en una casa que pertenecía a la diócesis en Hacienda Heights. Cuando la policía llegó hasta allí por una llamada de emergencia, se encontrar al obispo muerto. Un diácono había ido a buscar a O’Connell aquel sábado porque no se había presentado en una reunión, se lo encontró ya sin respiración y alertó a los servicios de emergencia. Los vecinos no escucharon disparos y los agentes comprobaron que nadie había forzado la entrada a la vivienda. Tampoco se encontraron armas en la escena del crimen. Un chivatazo puso a la policía sobre la pista de Medina, que había hecho algunas chapuzas para O’Connell en su casa: Medina había actuado de forma extraña desde que se conociera el suceso y había dicho que el obispo le debía dinero. Dos armas de fuego Las autoridades acudieron al hogar de Medina, a unos 50 kilómetros de la residencia del obispo. El sospechoso se negó a entregarse y mantuvo una disputa con los agentes durante varias horas, en la madrugada del lunes, hasta que se entregó por la mañana. La policía encontró dos armas de fuego y otras pruebas que vinculan a Medina con el asesinato, aseguró el shérif del condado de Los Ángeles, Robert Luna. Medina se encuentra detenido y a la espera de que se le impongan cargos. La ama de llaves también está siendo investigada. Luna aseguró que está «cooperando completamente» con las autoridades. O’Connell, uno de los cinco obispos que asisten al arzobispo, José Gómez, en la diócesis de Los Ángeles, era conocido por su trabajo en barrios desfavorecidos y con la comunidad inmigrante. Armado de un español con un fuerte acento irlandés, «todos los días buscaba mostrar compasión por los pobres, los que no tienen hogar, los inmigrantes y los que viven en los márgenes de la sociedad», aseguró el arzobispo. «Era un buen cura, un buen obispo y un hombre de paz». O’Connell fundo y presidió la SoCal Immigration Task Force, que asistía a los niños inmigrantes que llegan a EE.UU. sin el acompañamiento de adultos, y en los años noventa, en la época de mucha violencia y disturbios por tensiones raciales, trató de convertirse en un puente entre los vecinos de barrios duros y la policía.
Source: abc internacional

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