Prosigue el intercambio de bombardeos mientras la desinformación, como arma de guerra, campa por sus respetos. En la Nochevieja, una escuela de Makiivka (Donetsk), utilizada por tropas rusas como acantonamiento y polvorín, fue bombardeada (con Himars) por la artillería ucraniana, causando decenas de bajas rusas ( 400 según las fuentes ucranianas y 63 según las rusas ). Dejando al lado la responsabilidad por tan inconveniente concentración, tal disparidad de resultados en comunicaciones oficiales es una muestra más de desinformación. Los de Kiev insisten en la gran eficacia de sus defensas antiaéreas, detallando incluso números de derribos que igualan al de los ingenios (drones, aviones y misiles) lanzados por los rusos. Pero, simultáneamente, las mismas fuentes reconocen el fuerte castigo que sufren sus instalaciones energéticas y redes de electricidad, agua caliente y calefacción. El Año Nuevo ha sido «celebrado» por parte rusa con un incremento de los bombardeos contra las infraestructuras por toda Ucrania, con especial intensidad en las zonas de Kiev y Leópolis. El mensaje, implícitamente incluido en el ataque a la capital ucraniana, insta a ésta a deponer su actitud resiliente y acepte la pérdida del territorio ocupado por las tropas rusas. Con el bombardeo de Leópolis (próximo a la frontera polaca y zona de recepción, almacenamiento y distribución de las ayudas occidentales a Ucrania), el mensaje de Moscú es un recordatorio a la OTAN y la UE de la capacidad del Kremlin para alargar su brazo ofensivo más allá de Ucrania, tratando con ello de dañar la cohesión interna y la confianza mutua en el interior de ambas organizaciones. Crece la tendencia a un mayor protagonismo de las operaciones aéreas rusas. Podría tratarse de la combinación de drones , ya sean artillados o suicidas, con aviación táctica e, incluso, ‘estratégica’ (como los Túpolev, modelos 95MS, 160 y 22M) con capacidades polivalentes (convencional, nuclear y de misiles de crucero). Asimismo, está tomando cuerpo el procedimiento de emplear enjambres de drones que distraen y saturan las defensas antiaéreas ucranianas para, inmediatamente después, lanzar misiles de alta precisión, incluso hipersónicos, contra objetivos de creciente significado como son ya las fábricas de drones. Este invierno, la guerra sigue sin tregua ni cuartel.
Source: abc internacional