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Lula da Silva: «Brasil no necesita armas, necesita seguridad, libros y educación»

Luiz Inácio Lula da Silva vuelve al Gobierno para su tercer mandato, a los 77 años, anunciando la revocación del decreto de armas y de municiones de su antecesor, Jair Bolsonaro, en un discurso de investidura en que marcó claramente las diferencias con la gestión anterior. En su primer mensaje a la nación este domingo, Lula abordó varios temas que lo distinguirán del ultraderechista, como el combate al hambre, la reconstrucción social, la importancia de la cultura, la protección a la Amazonia y el fortalecimiento de la democracia, a la que atribuye su regreso al poder. «La seguridad pública actuará para promover la paz allí donde más se necesite urgente, en comunidades pobres, familias vulnerables, la delincuencia organizada, las milicias, la violencia venga de donde venga. Estamos revocando el acceso criminal a las armas y municiones que tanto ha causado inseguridad y daños», enfatizó en uno de los ataques más duros a Bolsonaro, al que no citó nominalmente en ningún momento. «El país no quiere ni necesita de armas. Brasil necesita seguridad, libros y educación», destacó bajo aplausos. El nuevo presidente reforzó y defendió la democracia , mostrando también distancia del expresidente Bolsonaro que tuvo un gobierno marcado por actitudes autoritarias. «Bajo los vientos de la redemocratización, dijimos ‘dictadura nunca más’. Hoy, tras el terrible reto que hemos superado, debemos decir ‘democracia para siempre’», reforzó y defendió como la «gran vencedora» de las elecciones de octubre de 2022. Noticia Relacionada estandar Si Lula busca reconstruir una sociedad quebrada durante la era Bolsonaro Verónica Goyzueta El equipo del nuevo presidente asegura que el anterior equipo ha dejado 33 millones de personas pasando hambre Conciencia política de la sociedad «Si estamos hoy aquí es gracias a la conciencia política de la sociedad brasileña y al frente democrático que hemos formado. Fue la democracia la gran vencedora, superando la mayor movilización de recursos públicos y privados jamás vista; las más violentas amenazas a la libertad del voto», declaró en una crítica a su antecesor y adversario en las urnas, el expresidente Jair Bolsonaro , a quien no citó nominalmente. «Nunca los votantes se han visto tan limitados por el poder económico a escala industrial. A pesar de todo, prevaleció la decisión de las urnas», añadió. No fue la única alusión al expresidente de quien dijo recibir un legado «espantoso». «El diagnóstico que recibimos del Gabinete de Transición es terrible. Vaciaron los recursos de Sanidad. Han desmantelado la Educación, la Cultura, la Ciencia y la Tecnología. Destruyeron la protección del Medio Ambiente. No dejaron recursos para alimentación escolar, vacunación, seguridad pública», relató sobre la gestión anterior a la que llamó «negacionista», «oscurantista» y responsabilizó por las más de 700.000 muertes de Covid-19, el segundo mayor número después de Estados Unidos. Lula también afirmó que Brasil debe figurar «en la vanguardia de la economía mundial» y tiene las condiciones para convertirse en una potencia medioambiental alcanzando la deforestación cero en la Amazonia y la emisión cero de gases que favorecen el efecto invernadero. «Brasil no necesita deforestar para mantener y ampliar su frontera agrícola estratégica», añadió. Sin revanchas Pese a las críticas al antecesor, Lula también dejó claro que no quiere revanchas en un recado también dirigido a los congresistas. «No tenemos ningún ánimo de revancha contra quienes intentaron someter a la nación a sus designios personales e ideológicos, pero garantizaremos el imperio de la ley para que quienes erraron respondan de sus errores con derecho a una defensa plena dentro del debido proceso legal», destacó casi al final de su discurso para una platea en la que estaba Dilma Rousseff, la expresidenta destituida de su cargo en 2016, y que retornó al plenario este domingo como una de las principales invitadas de Lula. El presidente del Senado Federal, Rodrigo Pacheco, líder de la ceremonia, celebró la vuelta de Lula con «una sensación de confianza renovada» al lado de su vicepresidente, Geraldo Alckmin. «Y ha vuelto con Geraldo Alckmin, ex gobernador del Estado de São Paulo, antiguo adversario en las elecciones presidenciales de 2006 y ahora su vicepresidente, en una clara señal de que los intereses del país están por encima de las cuestiones partidistas. Una señal de que es necesario unir fuerzas por Brasil», dijo Pacheco en medio de aplausos. Lula firmó el mandato con una bolígrafo que recibió de un simpatizante hace tres décadas durante un comicio en 1989, en Piauí Lula llegó al Congreso tras ser ovacionado por la multitud frente a la Plaza de los Tres Poderes, recibido por Pacheco y el presidente de la Cámara de Diputados, Arthur Lira, en una sesión solemne donde después de oír el Himno Nacional hizo la Promesa Constitucional y firmó el mandato con una bolígrafo que recibió de un simpatizante hace tres décadas durante un comicio en 1989, en Piauí. La decisión, dijo Lula mostrando el bolígrafo, fue un homenaje al estado de Piauí, uno de los más pobres, al norte de Brasil, donde recibió más votos en la segunda vuelta, un 76,86% de los votos válidos. Fuera de protocolos La ceremonia tuvo algunas novedades. Organizado por la primera dama, la socióloga Rosângela Lula da Silva, más conocida como Janja, el evento descartó los tradicionales 21 cañonazos, atendiendo a las peticiones de protectores de animales, instituciones de la causa autista y ambientales. Otra novedad fuera del protocolo fue bl, un can recogido por la socióloga frente a la Superintendencia de la Policía, en Curitiba, donde Lula estuvo preso durante 580 días entre 2018 y 2019. Sin la presencia de Bolsonaro para pasarle la banda presidencial , la primera dama también innovó en el protocolo al designar a representantes de la sociedad civil para entregarle uno de los símbolos más importantes de la ceremonia. Lula y el vicepresidente Geraldo Alckmin siguieron el protocolo comenzando el recorrido en Catedral de Brasilia de donde salieron con sus respectivas esposas, Rosângela Lula y Maria Luiza Alckmin en el Rolls Royce descapotable de la presidencia, siendo ovacionados a lo largo de un trayecto de diez minutos. Un acto inédito y simbólico Después del Congreso, Lula y Alckmin se dirigieron al Palacio del Planalto, donde subieron la rampa, uno de los ritos más importantes de la ceremonia. Sin la presencia del expresidente Jair Bolsonaro, que viajó el viernes a Estados Unidos, y del exvicepresidente Hamilton Mourão, Lula recibió la banda presidencial de representantes del pueblo brasileño, algo inédito en la ceremonia y muy simbólico.Entre los representantes, un niño negro, un deficiente físico, un LGBT y el cacique Raoni, uno de los más importantes líderes indígenas del país. Tras el discurso, Lula y Alckmin fueron a la sede de la Cancillería, el Palacio de Itamaraty, para recibir los saludos de autoridades y funcionarios extranjeros. La toma de posesión de Lula trajo a Brasil casi tres veces más delegaciones extranjeras que en la ceremonia anterior, de 2019. Al menos 53 delegaciones extranjeras compuestas por jefes de Estado, jefes de gobierno y ministros están presentes en la capital brasileña. El Rey de España, Felipe VI, y los presidentes de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa y de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, fueron algunos de los presentes.
Source: abc internacional

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