Desde el centro izquierda, el periodista Cristián Warnken (Santiago de Chile, 1961) expresa su descontento con la propuesta constitucional. ¿Qué opinión le merece el proyecto de Constitución? Formé un grupo que se llama Amarillos por Chile, integrado por gente de centro izquierda, democrática, que ha sido crítico con el proceso, pues sentimos que la convención no cumplió con el anhelo de hacer una Constitución que uniera el país y superara la fractura política. Es una convención que se sobregiró ideológicamente. Estamos en un escenario de un país dividido en dos mitades, lo que es un fracaso para un proyecto constituyente. Sentimos que se ha perdido la oportunidad de crear una buena Constitución. Una que divide al país tiene poca esperanza de durar mucho tiempo. ¿Qué destaca del texto? Esta Constitución tiene un sesgo indigenista extremadamente fuerte, que atraviesa todo el texto. Primero, en la declaración de Chile como Estado plurinacional. Estamos de acuerdo en el reconocimiento constitucional de los pueblos originarios, pero la realidad chilena es muy distinta a la de Bolivia o Ecuador, donde la población indígena es de un 60 por ciento. En Chile, es es de un 12 por ciento. Una parte de esa población vive en los grandes centros urbanos. El país tiene carácter mestizo. Segundo, con el exceso de autonomías indígenas o la expectativa que se levanta de territorios autónomos con una Justicia diferente a la general. Eso no ha gustado a la gente. ¿Cómo se llega a esta situación? El diagnóstico de los sectores más radicales de la izquierda era que todo en Chile estaba mal. Es un relato muy simplista. Es cierto que hay problemas, deudas históricas y desigualdades, pero, en el contexto de América Latina, es un país viable y posible.
Source: abc internacional