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    Categories: Internacionales

Francia retira a sus últimos soldados en Mali tras nueve años de misión

Francia inicia una nueva etapa de su presencia militar en África, indispensable, desde la óptica nacional, para combatir la expansión del yihadismo terrorista en el corazón del continente africano. El lunes salieron de Mali los últimos soldados de la operación ‘Barkhane’, que comenzó hace nueve años, prolongación de las operaciones ‘Épervier’ (Chad, 1986 – 2014) y ‘Serval’ (Mali, 2013 – 2014). Noticias Relacionadas estandar No Mali pide la retirada «inmediata» de los soldados franceses de su territorio Juan Pedro Quiñonero estandar No Francia elimina a un destacado terrorista de Al Qaida en Mali Tras el golpe de Estado del verano de 2021, las relaciones de Francia con Mali se deterioraron gravemente, coincidiendo con la instalación en el frágil y fragmentado país centro africano, de las milicias privadas Wagner. Emmanuel Macron saludó el heroísmo y ejemplaridad de los 5.000 soldados que han participado en la operación ‘Barkhane’, insistiendo en el compromiso estratégico francés en el corazón del continente africano: «Francia continuará aportando su ayuda a la estabilidad y la lucha contra el terrorismo en la región de Sahel, el Golfo de Guinea y el Tchad». Esa ayuda, bilateral y multilateral es el primer paso y fundamento de la nueva etapa de la presencia militar francesa, en estrecha cooperación con los países de la Comunidad Económica de Estados de África del Oeste (CEDEAO), Benín, Burkina Faso, Nigeria, Níger, Costa de Marfil, Togo, Liberia, Sierra Leona, entre otros. Hace semanas que el presidente francés negoció personalmente los primeros pasos del nuevo despliegue militar francés en África: entre 1.500 y 2.000 soldados estarán estacionados en Níger. Un número todavía impreciso de soldados, en cada país, estarán estacionados en Senegal, Gabón y Djibuti. Francia es, con EE. UU., la primera potencia militar comprometida en las «metamorfosis» estratégicas de África, cuando Rusia y China intentan ocupar posiciones de primer plano. En ese marco, muchos estrategas, franceses, europeos y norteamericanos estiman que África se ha convertido en el primer «vivero» de grupúsculos yihadistas islámicos, «desplazando» relativamente a Oriente Medio. El Grupo de apoyo al islam y los musulmanes (GSIM) es la nebulosa yihadista en el corazón Sahel, la gigantesca zona subsahariana que cruza todo el continente, del Atlántico al Índico. Es una amenaza tentacular para la estabilidad de Mali, Níger y el Tchad, controlando en cierta medida las rutas de la inmigración que conducen al Mediterráneo, a través de Libia y Túnez. El GSIM y otros grupos yihadistas comenzaron hace tiempo su expansión hacia el golfo de Guinea y los países de la CEDEAO. Esa es la primera amenaza que espera contener Francia. Más al norte, Al-Qaida del Magreb Islámico (AQMI), es otra nebulosa yihadista, amenaza permanente para toda la frontera sur del Mediterráneo, hacia donde se dirigen todas las rutas de diversas migraciones y tráfico de seres humanos. De Somalia a Guinea, Costa de Marfil y Senegal, una veintena de bandas islamistas no han dejado de multiplicarse durante los últimos años. Más al norte, Al-Qaida del Magreb Islámico (AQMI), es otra nebulosa yihadista, amenaza permanente para toda la frontera sur del Mediterráneo, hacia donde se dirigen todas las rutas de diversas migraciones y tráfico de seres humanos. De Somalia a Guinea, Costa de Marfil y Senegal, una veintena de bandas islamistas no han dejado de multiplicarse durante los últimos años. Replegándose hacia el oeste, el Golfo de Guinea, y desplegando sus soldados en varios Estados de la región, Francia espera seguir cumpliendo una misión de resistencia contra la inestabilidad regional y la expansión yihadista, acompañadas por las oscuras maniobras de «Wagner», las milicias «privadas» rusas.
Source: abc internacional

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