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EE.UU. alerta de ataques de represalia de Al Qaida por la muerte de su líder

La diplomacia norteamericana ha instado a los ciudadanos estadounidenses en todo el mundo a que extremen la precaución por las posibles represalias inminentes de Al Qaida tras la muerte en Kabul de comandante de ese grupo terrorista, el egipcio Ayman al Zawahiri . También estudia Estados Unidos en este momento si avanza o no con los contactos con la Guerrilla Talibán, que controla Afganistán, después de que Al Zawahiri pudiera regresar a Kabul e instalarse en una cómoda zona residencial controlada por las autoridades nacionales. Según dijo en una nota diplomática el departamento de Estado, «hay mayores posibilidades de violencia contra los estadounidenses dada la muerte de Ayman al Zawahiri el 31 de julio de 2022». «La información actual apunta a que las organizaciones terroristas siguen planeando atentado s contra los intereses de EE.UU. en múltiples zonas de todo el mundo. Estos ataques pueden emplear una amplia variedad de tácticas, incluyendo operaciones suicidas, asesinatos, secuestros y explosivos», añade la nota. Al Zawahiri , que murió en un ataque con misiles lanzados desde un dron, tomó las riendas de Al Qaida tras la muerte de Osama bin Laden en Pakistán en 2011. Desde antes había sido ideólogo e impulsor de la ola de ataques del grupo egipcio Yihad Islámica, primero, y Al Qaeda después. Ya muy temprano en su dilatada carrera de instigador de masacres , en 1997, las autoridades egipcias le conectaron a la matanza de Luxor, en la que unos radicales mataron a 62 turistas y guías en un templo faraónico junto al Valle de los Reyes. Noticia Relacionada estandar No EE.UU. mata al líder de Al Qaida, Ayman al Zawahiri, que planificó el 11-S David Alandete Fue lugarteniente de Bin Laden y controlaba el grupo terrorista desde Afganistán Otras células de Al Qaida Es cierto que Al Qaeda ha perdido influencia ante el ascenso del Estado Islámico en el norte de África, Oriente Próximo y Asia Central. Pero hay lugares como Somalia en los que sus filiales —en este caso, Al Shabab— siguen teniendo un gran poder y capacidad de destrucción. Sin embargo, según apuntaban esta semana numerosos republicanos y algunos demócratas críticos con el presidente Joe Biden, el problema es si además de Al Zawahiri hay células de Al Qaida operando en Afganistán al amparo de los talibanes, aprovechando el calamitoso repliegue de EE.UU. hace un año. Según el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, «si se les pregunta a algunos miembros de Al Qaida, cómo se sienten de seguros en Afganistán en este momento, creo que este fin de semana hemos demostrado con creces que no es un refugio seguro y que no lo va a ser en el futuro». Agrega esta misma fuente que EE.UU. ya ha comunicado a los talibanes, con los que tiene contacto pero no relaciones diplomáticas, que «su decisión de dar cobijo a Al Zawahiri y a su familia es una violación del acuerdo de Doha». Ese pacto, negociado en Qatar, sienta las bases para posibles relaciones bilaterales tras la retirada de EE.UU. hace un año. De entre los legisladores en Washington que han expresado preocupación por el hecho de que Afganistán vuelva a la casilla de salida antes del 11-S y vuelva a ser base de operaciones de Al Qaida , el senador Mitch McConnell, líder del grupo republicano, fue especialmente crítico. McConnell lamentó que «Afganistán se esté convirtiendo de nuevo en un importante centro de actividad terrorista tras la decisión del presidente de retirar las fuerzas estadounidenses». La muerte de Al Zawahiri es un éxito para Biden en Afganistán , un año después de la apresurada salida de las tropas estadounidenses, cuando un ataque terrorista mató a 183 personas, entre ellas 13 uniformados estadounidenses. El actual presidente se suma a sus predecesores en un anuncio de esta índole. En octubre de 2019, Trump anunció la muerte en Siria del líder del Estado Islámico, Abu Baker al Bagdadí. Antes, en mayo de 2011, Barack Obama anunció la muerte del anterior dirigente de Al Qaeda, Bin Laden, en Pakistán. En un discurso el 31 de agosto de 2021, después de que las últimas tropas estadounidenses abandonaran Afganistán, Biden dijo que EE.UU. mantendría los ataques contra Al Qaeda y otros yihadistas en ese país. «Mantendremos la lucha contra el terrorismo en Afganistán y en otros países», dijo. «No necesitamos librar una guerra sobre el terreno para hacerlo», añadió entonces Biden, anticipando ataques como este. Objetivo de EE.UU desde el año 2000 Al Zawahiri, que tenía 71 años, unió a Yihad Islámica con la Al Qaida de Bin Laden en 1998 y estrenó la oleada de ataques terroristas contra Occidente con los atentados suicidas en las embajadas estadounidenses en Kenia y Tanzania que mataron a más de 200 personas e hirieron a más de 5.000. Dos años después se produjo el ataque en Yemen contra el destructor norteamericano USS Cole, perpetrado por suicidas subidos a una lancha que mataron a 17 marinos estadounidenses e hirieron a otros 39. El punto culminante de esa campaña de terror mundial fueron los ataques del 11-S, con miles de muertos en el corazón de EE.UU.. Desde entonces, todos los presidentes norteamericanos se marcaron como objetivo matar a Bin Laden primero y Al Zawahiri después.
Source: abc internacional

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