En el origen de la tensión hay una feroz lucha interna en el Movimiento 5 Estrellas, entre su presidente, el ex primer ministro Giuseppe Conte (57 años), y su anterior líder, Luigi Di Maio (35), actual ministro de Asuntos Exteriores. Con el liderazgo de Di Maio, el Movimiento se convirtió en el primer partido del país en las elecciones de marzo de 2018, con casi el 33 por 100 de los votos. Hoy, por las divisiones internas, se sitúa en el 11,4 % en intención de voto, según la última encuesta de Euromedia Research.
El divorcio entre Luigi Di Maio y Giuseppe Conte parece consumado, según indican los medios italianos. De hecho, durante este martes ha habido recogida de firmas entre los parlamentarios que siguen a Di Maio, para la creación de un grupo autónomo, que se llamaría ‘Juntos por el futuro’. En la Cámara, para constituir el grupo, son necesarios al menos 20 diputados, y ya son 35 las firmas, con la esperanza de llegar a 50. En el Senado, el grupo se forma con un mínimo de 10 escaños.
Las razones del divorcio
El ministro Di Maio contesta duramente el liderazgo de Giuseppe Conte, por considerar que ha perdido impulso europeísta y atlantista, lo que se traduce en una posición crítica hacia el Gobierno Draghi, expresando sus dudas sobre el envío de armas a Ucrania. Por su parte, Giuseppe Conte, que no ve con simpatía a Mario Draghi y no le perdona que lo sustituyera como primer ministro en febrero 2021, pretende que el Parlamento sea el que decida cada vez que el Gobierno envíe nueva ayuda a Ucrania. De esta forma, Conte tendría en sus manos y de los parlamentarios del Movimiento 5 Estrellas el futuro de algunas importantes decisiones del Gobierno sobre la guerra. La respuesta de Draghi es que el Parlamento ya le dio autorización en el pasado mes de marzo para proceder, hasta el 31 de diciembre, con las medidas que considere oportunas sobre la guerra, incluyendo el envío de armas. El primer ministro quiere evitar verse condicionado por Giuseppe Conte, quien con su oposición a Draghi busca lograr un beneficio electoral, teniendo en cuenta que la mayoría del país se opone al envío de armas a Ucrania.
Mario Draghi ha querido evitar a toda costa que esta crisis política del Movimiento 5 Estrellas se reflejara también en el Gobierno, en vísperas del importante Consejo Europeo del 23 y 24 de junio en Bruselas. Por eso, en la tarde del pasado jueves acudió al Senado con un discurso conciliador, en el que no ha pronunciado ni una sola vez la palabra «armas». El primer ministro consideró esencial la unidad de Italia: «En estos momentos, cuando el país está envuelto en una guerra, las decisiones que se tienen que tomar son complejas, profundas y también con implicaciones morales. Contar con el apoyo del Senado es muy importante para mí». El primer ministro reiteró que el Gobierno continuará por el camino señalado por un decreto ley que autorizó el apoyo militar a Ucrania, mediante el envío de armas y con otras formas. In extremis, los partidos de la mayoría gubernamental se pusieron de acuerdo en la tarde del martes para aprobar una resolución de apoyo a Draghi, al tiempo que se destaca que continuará en el futuro «la necesaria y amplia participación de las Cámaras, con ocasión de las más importantes cumbres internacionales relativas a la guerra de Ucrania».
Consecuencias para el Gobierno
De forma inmediata, la crisis del Movimiento 5 Estrellas no tendrá repercusión en el Gobierno. Pero las espadas siguen en alto en la guerra entre Conte y Di Maio. La pelea continuará y está destinada a tener influencia en el Ejecutivo, del que forma parte el M5E, siendo además el partido mayoritario en el Parlamento. La tensión crecería en el caso de que Giuseppe Conte pida a Mario Draghi que Luigi Di Maio abandone su cargo de ministro de Asuntos Exteriores, porque llegó al Gobierno en representación del Movimiento 5 Estrellas. Hasta hoy, Draghi ha respaldado a su ministro de Exteriores y no parece dispuesto a prescindir de él, teniendo en cuenta la tensión internacional por la crisis de Ucrania.
Ahora se mira con mucha atención la reacción de los partidos de la mayoría gubernamental. El líder de la Liga, Matteo Salvini, muy criticado por sus posiciones del pasado muy favorables al presidente ruso Putin y con dudas sobre el envío de armas a Ucrania, ha lanzado un dardo al ministro de Exteriores Di Maio: «Tener un ministro de Asuntos Exteriores que ni siquiera representa a su partido es problemático». Por su parte, el líder del partido Democrático, Enrico Letta, advierte: «Dividirse en este momento es algo negativo».
Source: abc internacional