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La Policía admite que «cometió un error» al no entrar antes en la clase del tiroteo de Uvalde

Con el paso de los días, la indignación de algunos padres y vecinos de las víctimas de la matanza de Uvalde (Texas) con la intervención policial gana argumentos. En el mismo momento de la tragedia, mientras el autor del tiroteo, Salvador Ramos, seguía parapetado en una clase de la escuela primaria de la localidad, varios padres se enzarzaron con la policía para que actuaran y fueran a por el atacante. Ramos pasó una hora atrincherado en la clase sin que los agentes hicieran nada.

El director del Departamento de Seguridad Pública de Texas, Steven McCraw, reconoció en rueda de prensa que, a posteriori, «fue una decisión equivocada, punto».

McCraw se refería a la decisión del comandante del dispositivo policial que intervino en el suceso de pasar a considerar a Ramos «de un atacante activo a un secuestrador atrincherado». El mando policial consideró, de forma errónea, que una vez que Ramos descargó su rifle de asalto contra una clase y se había parapetado en ella, ya no había más niños en riesgo. «Con la información que tenemos, sí había más niños en riesgo», reconoció McCraw. En primer lugar, porque quedaba una niña viva en la clase donde Ramos mató a todo el que tuvo delante, 19 niños y sus dos profesoras. Era Miah Cerrillo, que sobrevivió esparciendo la sangre de su mejor amiga sobre su cuerpo y haciéndose la muerta. También porque en la clase adyacente quedaban muchos niños en peligro, escondidos. Dos de ellos hicieron llamadas al 911, el teléfono de emergencias. Hubo al menos tres llamadas desde ese aula, realizadas por dos niños: fueron a las 12.19, a las 12.36 y a las 12.47. «Mandad a la policía, por favor», rogó uno de ellos en esa última comunicación.

El mando policial consideró, de forma errónea, que una vez que Ramos descargó su rifle de asalto contra una clase y se había parapetado en ella, ya no había más niños en riesgo. «Con la información que tenemos, sí había más niños en riesgo», reconoció McCraw

Pero los agentes tardaron mucho en penetrar en la clase y abatir a Ramos. Y eso que había hasta 19 policías dentro del colegio, según detalló McCraw. Esto se conoce después de que en la víspera un portavoz del Departamento de Seguridad Pública, el lugarteniente Chris Olivarez, asegurara que los agentes que intervinieron no trataron de ir a por el atacante porque «no sabían dónde estaba exactamente» y «les podría haber disparado». Ramos ya hirió a dos de los primeros agentes que llegaron a la escuela, y se parapetó en la clase inmediatamente después.

Los comentarios de Olivarez y de McCraw han exaltado todavía más los nervios en Uvalde y daban la razón a quienes pensaban como Javier Cazares, que perdió a su hija Jacklyn en el tiroteo: «Se pudo hacer más».
Source: abc internacional

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