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Un matrimonio italiano y su hijo, secuestrados en Malí por un grupo musulmán

Tres italianos -padre, madre y su hijo- y un ciudadano de Togo fueron secuestrados por «hombres armados» en Malí, un país con gran inestabilidad política, con grupos terroristas ligados a Al Qaeda y al Estado islámico. Los italianos son un matrimonio de misioneros voluntarios de los Testigos de Jehová. La familia vive desde hace tiempo en Malí y tiene doble nacionalidad. La sede de la Congregación cristiana de los Testigos de Jehová en Italia informa que «no hay misioneros nuestros enviados a ese país». Aunque esta congregación no excluye «que alguien a título personal, como voluntario, haya ido a Malí para ayudar a las comunidades locales. Pero no tenemos conocimiento de ello».

«Estamos haciendo todo lo posible para asegurar la liberación de los secuestrados», dijo una fuente de seguridad maliense, según informó la agencia de noticias AFP. El ministerio de Asuntos Exteriores de Italia ha anunciado que su Unidad de Crisis está realizando los controles e investigaciones necesarios, y que el jefe de la diplomacia italiana, Luigi Di Maio, sigue personalmente la evolución del secuestro.

Malí, un polvorín
El secuestro fue realizado con toda probabilidad por miembros del Grupo de Apoyo al Islam y a los Musulmanes. Tuvo lugar en la noche del jueves en Sincina, en el distrito de Koutiala, que se encuentra en el sureste de Malí, un país que se ha convertido en polvorín. Desde el año 2012, es escenario de ataques perpetrados por grupos yihadistas vinculados a Al-Qaeda y al estado islámico. La situación se hace más explosiva aún por la violencia de todo tipo que llevan a cabo milicias y bandoleros, que se hacen pasar por formaciones de autodefensa.

La violencia, que comenzó en el norte de Malí en el 2012, se extendió al centro y luego a los países vecinos, Burkina Faso y Níger, causando miles de muertes de civiles y militares, y cientos de miles de desplazados, a pesar del despliegue de fuerzas de la ONU, francesas y africanas. Precisamente, el lugar del secuestro de los tres italianos y el togolés está en el sudeste del país, casi en la frontera con Burkina Faso.

Malí fue escenario de dos golpes de Estado liderados por el mismo grupo de coroneles: El primero, en agosto de 2020; luego, en mayo de 2021. Ahora está gobernado por una Junta Militar que se ha alejado de Francia y sus socios, prefiriendo a Rusia en el intento de frenar el avance yihadista. La Junta, bajo el mando del coronel Assimi Gota, ha abandonado su compromiso inicial de devolver el poder a los civiles tras las elecciones que deberían haberse celebrado el pasado mes de febrero. La Comunidad de Estados de África Occidental impuso sanciones a la Junta Militar, una dictadura que recurre a eslóganes y consignas patrióticas y soberanas, silenciando a la oposición.

Borrel: «Redefinir misión en Malí»
Ante la noticia del secuestro, Josep Borrell, el Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, se ha pronunciado sobre la situación en Malí en una rueda de prensa: «Presentaremos un plan para reducir el tamaño de nuestra misión en Malí. Hemos decidido suspender todas las actividades de entrenamiento de tropas y ya no veo perspectivas de que estas actividades se reanuden en un futuro próximo. Necesitamos reducir los efectivos, de forma coordinada, y desplegarlos en otros países de la región, y luego -concluyó Borrell- ver cómo se pueden redefinir los objetivos de la misión para seguir asistiendo al pueblo de Malí».
Source: abc internacional

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