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Irina, la voz anónima del Kremlin en las redes sociales a la que acusan de ser un bot

«Perfil falso, bot ruso, propagandista de Kremlin y agente de Putin, según mis enemigos». Su nombre es Irina y su imagen en su perfil de Twitter -donde se presentaba con esa descripción- era la de la fracotiradora rusa Roza Shaninal. Era, porque su perfil @IrinaMar10 ha sido eliminado de la red social, donde acumulaba más de 69.000 seguidores a los que difundía propaganda rusa en la guerra de Ucrania.

Tras sufrir varios bloqueos, Irina, de la que se sospecha no hay una persona real detrás, se ha pasado a Telegram para seguir difundiendo información sobre la invasión desde una clara posición prorrusa que, sumada al tipo de actividad en las redes y a la forma de comunicar, ha levantado las sospechas sobre su verdadera identidad, de ahí la ironía en su descripción tuitera.

«No hay ningún dato, ninguna foto, ninguna referencia. Ningún signo de que sea una persona humana», afirma Mariluz Congosto, especialista en propagación de mensajes y caracterización de usuarios en Twitter. «Para que no parezca que la han creado ayer y específicamente para la guerra, han cogido una cuenta antigua, han borrado su actividad y la han puesto a trabajar con una estrategia», añade.

A través de su cuenta de Twitter ha ido compartiendo datos de la actividad del supuesto bot en la red social. En su análisis, destaca el comportamiento de esta usuaria en esta red: un perfil creado en 2015 pero sin apenas actividad hasta abril de 2021. Según esta experta, los tuits previos a esta fecha fueron eliminados de forma masiva, pero algunos rastros que quedaron muestran qué tipo de contenidos compartía entonces y, para sorpresa de los usuarios, no estaban relacionados con política sino con sorteos.

Además, antes del inicio de la guerra no compartía contenido propio, sino que su actividad en Twitter se limitaba a retuitear otros contenidos. Es a partir de febrero cuando comienza a difundir mensajes propios.

Para hacerse una idea de la influencia que ha ido cogiendo Irina hay que hacer un repaso de sus números. Tanto el día de la invasión rusa como los siguientes, los tuits publicados superaban los 200 diarios, una cifra que se fue reduciendo en los días posteriores, a la vez que iba incrementando su impacto en los usuarios: el máximo pico de interacciones lo obtuvo el pasado 22 de marzo, con 46.000 ‘me gusta’, 25.000 retuits, 3.000 comentarios y 1.500 citas.

¿A quién se dirige?
Su público objetivo, según esta experta, son personas de izquierdas anti-OTAN y antifascistas, entre los que ha generado una red en un proceso que ha llevado semanas. La estrategia: seguir perfiles a los que quería dirigirse logrando ser correspondida para luego hacer ‘unfollow’. Así, de las más de 3.000 cuentas a las que llegó a seguir, en sus últimos días como usuaria de Twitter no llegaba a las 800. La mayoría, teniendo en cuenta la lengua en la que difunde sus mensajes, son españoles, pero también de países latinos de habla hispana.

A ellos se dirige ahora desde Telegram, donde acumula más de 20.000 suscriptores a los que envía información del Gobierno ruso y denuncias sobre lo que considera una «censura a las voces críticas» y generando alarmismo. «Han sacado la Ley Mordaza digital para toda la UE y van a por los tuiteros que cuentan la versión rusa sobre la guerra en Ucraia. ¿Cuánto tardarán en empezar a encarcelas a los ciudadanos contrarios a la OTAN y las mentiras de los medios?», pregunta en uno de sus innumerables mensajes diarios.

Sin embargo, para acallar los rumores, Irina participó este lunes en un espacio de Twitter llamado #DemocratasContraElRegimen29 en el que por primera vez sus seguidores pudieron escuchar su voz. En este espacio denunció en un español con marcado acento ruso el cierre de sus cuentas de Twitter y explicó su visión sobre el inicio de la guerra en Ucrania, lo que para muchos significó la prueba definitiva de su existencia.

Sin embargo, no ha termiado de convecer a la experta que le ha seguido la pista, que en un tono irónico y tirando de más datos de sus publicaciones, augura que detrás de esta voz, Irina «solo puede ser mujer. Con español justito, trabajando, con hijo» y una frecuencia de publicación que compartió en redes y en las que hace una radiografía de la cantidad de mensajes compartidos y las horas de publicación. Resalta que solo hay dos tramos horarios en los que no publica contenido, entre las 8 y las 9.30 horas de la mañana.<blockquote class=”twitter-tweet”><p lang=”es” dir=”ltr”>Desde luego <a href=”https://twitter.com/IrinaMar10?ref_src=twsrc%5Etfw”>@IrinaMar10</a> solo puede ser mujer. Con español justito, trabajando, con hijo y esta frecuencia de publicación <a href=”https://twitter.com/hashtag/Dem%C3%B3cratasContraElR%C3%A9gimen29?src=hash&amp;ref_src=twsrc%5Etfw”>#DemócratasContraElRégimen29</a> <a href=”https://t.co/uK1cHFkk4V”>pic.twitter.com/uK1cHFkk4V</a></p>&mdash; Mariluz Congosto (@congosto) <a href=”https://twitter.com/congosto/status/1518694111552884737?ref_src=twsrc%5Etfw”>April 25, 2022</a></blockquote> <script async src=”https://platform.twitter.com/widgets.js” charset=”utf-8″></script>

«La entrevista no demuestra nada», afirma rotunda Congosto a este diario. «Según ella trabaja, pero su patrón de publicación parece que no es muy compatible con un trabajo y además en otra entrevista dijo que tenía una hija», insiste. A su juicio, de ser un perfil real y teniendo en cuenta que a excepción de un par de veces, todas las publicaciones en Twitter se han hecho desde la propia cuenta, el trabajo que desarrollaría esta mujer debería ser, si no desde casa, desde un lugar muy cercano a su casa para mantener el ritmo de publicación o hacerlo directamente desde el ordenador de trabajo. «A mí no me cuadra», zanja.
Source: abc internacional

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