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Valerie, una de las primeras mujeres que corrieron el maratón de Boston, vuelve a completarlo a los 75 años

Valerie Rogosheske, una de las primeras ocho mujeres que corrieron el maratón de Boston en 1972, ha completado de nuevo los 42,195 kilómetros de la 126ª edición a los 75 años.

«¿Cuánto tardarías en correr una milla?». Con esta pregunta empezó todo, cuando Valeria cursaba la licenciatura de Educación Física en la Universidad St. Cloud State, según recoge el diario Clarín. Comprobó que era incapaz de terminar la milla (1,6 kilómetros), y empezó a entrenar hasta lograrlo, y dos años después, junto a otras siete chicas, se convirtieron en las pioneras que corrieron por primera vez el maratón de Boston, algo que ninguna mujer había logrado antes, porque no se les había permitido.

Ahora, cuando se cumple medio siglo de aquello, Rogosheske ha vuelto a completar la carrera, con 75 años, y junto a sus dos hijas. Esta vez no serán ocho mujeres, sino catorce mil. «Cuando era joven me encantaba el deporte, pero pensaba que las mujeres no podían competir. Mis hijas han tenido la oportunidad de hacer deporte en el colegio y en la universidad, y cada vez se abren más puertas. Es realmente emocionante ver cómo se anima a la siguiente generación a ser activa y fuerte», comenta felizmente esta atleta histórica.

Siete de las ocho pioneras: Nina Kuscik, Kathy Switzer, Elaine Pedersen, Ginny Collins, Pat Barrett, Frances Morrison y Sara Mae Berman

Boston Athletic Association
En 1971, un año antes de la hazaña, las mujeres que escondían en los arbustos y, al escuchar el pistoletazo de salida, empezaban a correr, porque no podían hacerlo de manera oficial. «En ese momento -cuenta Rogosheske- mi activismo ya estaba cobrando vida. Entonces empecé a hacer más y más kilómetros y a prepararme realmente para un maratón».

Rogosheske pretendía hace lo mismo que aquellas mujeres, pero unos días antes del maratón de 1972 la Asociación Atlética de Boston rectificó y abrió oficialmente la inscripción para todo el mundo, y ella fue una de las ocho que se anotaron, junto a mil doscientos hombres.

Por aquel entonces se acababa de casar, a poco tiempo de presentarse a la carrera, y luego pasó un mes enferma de mononucleosis, impidiéndole entrenar. Aun así, se pegó el dorsal F7 y completó la distancia. Dos años después, logró su mejor marca: tres horas, nueve minutos y 38 segundos.
Source: abc internacional

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