Biden desembarcó finalmente acompañado por Lloyd James Austin, secretario de Defensa, y Antony Blinken, secretario de Estado. En ausencia de Duda, fue recibido por Mariusz Błaszczak, jefe del Ministerio de Defensa Nacional, y Mark Brzezinski, embajador de Estados Unidos en Polonia, y el programa de la visita fue modificado, de manera que se encaminó en primer lugar a visitar a las tropas estadounidenses de la 82 División Aerotransportada.
El presidente estadounidense saludó formalmente a los soldados estacionados en Podkarpacie en el Centro de Congresos y Exhibiciones G2A Arena en Jasionka, para después asomarse a las zonas comunes del campamento, colarse en la peluquería y compartir con ellos unas pizzas en la cantina. «Es un orgullo y apreciamos el valor del presidente, que corre evidentemente un riesgo al acercarse tanto a la zona de combate», elogiaba uno de los soldados en declaraciones a la televisión polaca. Biden les recordó que «estamos aquí, en medio de la lucha entre democracia y autocracia. ¿Quién de las dos vencerá? ¿Las democracias y los valores o el autoritarismo?».
«Es un orgullo y apreciamos el valor del presidente, que corre evidentemente un riesgo al acercarse tanto a la zona de combate», elogiaba uno de los soldados
Agradeció a los soldados su servicio y se interesó por las condiciones en las que se desarrolla su día a día, además de atender todos los deseos de selfis compartidos. «Cada cuatro o cinco generaciones llega un momento que cambia fundamentalmente todo», arengó a la tropa. «El mundo ya no será el mismo después de esto y cumplís aquí con una misión honorable: defender a vuestro país y ayudar a quienes lo necesitan». «Esto por lo que estamos luchando ahora, las futuras generaciones lo verán desde el punto de vista de la libertad», continuó su discurso, y aduló a los soldados estadounidenses: «Sois la mejor fuerza de combate de la historia, que representa al único país del mundo basado en el idealismo».
Películas de desastres
Una vez que el presidente Duda logró llegar a su encuentro, Biden pronunció unas breves palabras en las que recordó que «lo mejor que podemos hacer ahora es mantener unidas a las democracias». «Tenemos que aumentar nuestros esfuerzos, tenemos que coordinar la ayuda con el gobierno ucraniano, ellos saben lo que necesitan». Se quejó: «¡No me dejan cruzar la frontera! Y probablemente tengan razón». Calculó que cientos de miles de personas en Ucrania no reciben ayuda, por ejemplo en lugares como Mariúpol. «Es algo inimaginable, lo hemos visto en las películas de desastres», lamentó, reconociendo que «incluso los polacos, que sabéis bien cómo son los ucranianos, os sorprendéis ahora por su coraje, su voluntad de resistir».
La visita de Biden, cuyo núcleo político se desarrollará mañana sábado, es un gesto de apoyo a un aliado de la OTAN que se siente especialmente amenazado por Rusia y una herramienta de doble filo, puesto que la oposición, los liberales polacos e incluso los socios europeos esperan algún guiño de promoción de la democracia también en Polonia. Las relaciones entre Varsovia y Washington se han deteriorado en los últimos meses, especialmente después de que el gobierno polaco intentara aprobar una controvertida ley de medios, que afectaría a las inversiones de Discovery Group, de propiedad estadounidense.
La administración de Biden es, además, crítica sobre el estado de derecho en Polonia, mientras que al gobierno polaco le saben a poco las sanciones occidentales contra Rusia. A pesar de que la UE y la OTAN están ofreciendo una imagen de unidad, lo cierto es que los países fronterizos con Rusia, entre los que destaca Polonia, desearían una actitud occidental mucho más comprometida y agresiva. El Gobierno conservador nacionalista polaco mantuvo una relación de extraordinaria proximidad a la Administración de Donald Trump y apoyó su campaña electoral, la misma en la que Biden mencionó a Polonia, junto a Hungría y Bielorrusia, en relación al «aumento preocupante de gobiernos autoritarios en el mundo». A pesar de ello, Biden ha reiterado ahora el compromiso de EE.UU. de proteger «a un miembro clave de la OTAN a las puertas de Ucrania», ha dejado claro que ambos países están en el mismo bando y ha agradecido a los polacos su generosa bienvenida a los refugiados que huyen de la invasión de Rusia.
Río de refugiados
Más de 2,2 millones de refugiados han entrado en Polonia desde el inicio de la guerra. 90.000 niños ucranianos se han registrado en las escuelas. «Como muchos de vosotros, he visitado los refugios, he visto esas miradas, he escuchado esos lamentos y he agradecido el trabajo que hacen esas organizaciones de ayuda. Y todo eso no hace más que confirmarme algo sobre lo que no albergaba ninguna duda, que estamos del lado correcto de esta historia», dijo.
Durante el vuelo desde Bruselas a Polonia, el consejero de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, declaró a los periodistas estadounidenses que siguen el viaje de Biden que Estados Unidos «no tiene la intención de usar armas químicas, sean cuales sean las circunstancias». Respondía así a la pregunta sobre la posible reacción occidental si Rusia las emplease en Ucrania. Sentenció, sin embargo, que Moscú «pagaría un alto precio» si llegase a tomar esa decisión. Aclaraba así las declaraciones de Biden, que había prometido una «respuesta» si tal ataque se produjese. Dijo que existe ahora una «convergencia» entre los líderes occidentales y añadió que la Casa Blanca ha creado un grupo de trabajo específico sobre esa cuestión.
Source: abc internacional