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Occidente reforzará el flanco este de la OTAN para apoyar a Ucrania

«No nos detendremos en las sanciones económicas, sino que reforzaremos el flaco oriental de la OTAN», advirtió ayer la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, tras subrayar la unidad occidental respecto a las decisiones, no solo con los socios de la UE y países centroeuropeos, sino también entre los partidos políticos estadounidenses. «Aquí están presentes representantes tanto demócratas como republicanos, pueden preguntar a unos y a otros», dijo, destacando que estamos «en el más difícil momento de la vida de la comunidad trasatlántica» y que «EE.UU. y la UE están dispuestos a demostrar su fuerza y su unidad». Amenazó también: «Apuntaremos a aquellos que son cómplices y a aquellos que ayudaron e instigaron esta invasión no provocada».

Algo más sutilmente, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, también presente en la Conferencia de Seguridad de Múnich, había sugerido ya esa idea. «La paz no está garantizada, esta es la nueva normalidad», describió la situación geopolítica que devuelve a Europa a la Guerra Fría. Y Boris Johnson lo dijo con todas las letras. «Putin ha calculado mal, creyó que podría intimidar a los europeos y a la OTAN pero está sucediendo exactamente lo contrario: estamos decidiendo ampliar la presencia militar en el flanco este de la OTAN», dijo, «las sanciones económicas no serán suficiente, como nos demostró la experiencia de 2014 y por eso iremos más lejos», en referencia a la anexión de Crimea por parte de Rusia.

Pero todos ellos tuvieron que escuchar un apasionado discurso del presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, que desoyó el consejo de la Inteligencia estadounidense y salió unas horas de su país para acudir a Múnich para reprocharles no estar haciendo lo suficiente. «Agradezco el esfuerzo de la Inteligencia estadounidense, pero de la inteligencia de la que me fío es la mía. He dejado mi país en buenas manos, las de nuestros militares y ciudadanos, porque era importante hablar hoy con ustedes», explicó, antes de acusar a EE.UU. y a Europa de no evitar el conflicto armado. «No queremos vuestras sanciones a Rusia después de que nuestro país haya sido ocupado. ¿Para qué nos servirán entonces? Necesitamos ayuda ahora», dijo, a la vez que instaba a los aliados a aplicar ya las sanciones, de manera preventiva, y a enviar más armamento a la zona.

Zelenski mostró su enfado después de escuchar al canciller alemán, Olaf Scholz, recordar que «la entrada de Ucrania en la OTAN no está en la agenda y es nuestro deber subrayar que estamos ante un posible conflicto armado en Europa sobre una base argumental falsa». «Sean honestos», apremió a los invitados en la sala de conferencias a aclararse sobre si recibirían a Ucrania en la OTAN. E insistió en que Ucrania no es el núcleo del problema. «Si Rusia finalmente ataca, la única pregunta entonces sobre la mesa será qué país es el siguiente, porque habrá otros, todos aquí lo saben, Putin nos ve como la puerta de entrada a Europa». «Los envíos de armas no son donaciones, sino una contribución a la seguridad europea e internacional», significó. Mientras hablaba Zelenski, llegaban las noticias de indicios de un inminente ataque ruso. Prometió «no caer en pánico y no sucumbir a las provocaciones», «pero sabemos quién nos está matando, quién dispara a los civiles para provocarnos y dar inicio a la escalada, sabemos quién da las órdenes».

Duro ataque chino
Desde el punto de vista chino, sin embargo, quien alimenta el conflicto es la OTAN. El ministro de Exteriores, Wang Yi, advirtió en videoconferencia con Múnich contra la entrada de nuevos miembros en la Alianza y su expansión hacia el este. «La alianza es un producto de la Guerra Fría, y eso terminó hace mucho tiempo», dijo. Wang acusó a «cierta potencia» de «revivir la mentalidad de la Guerra Fría y fomentar la confrontación entre bloques». Señaló que la forma de actuar de Washington «se contrapone al progreso histórico, erosiona el Estado de derecho a nivel internacional y trata de frenar la globalización». «Alardea de su fuerza y glorifica la hegemonía y el matonismo», reprochó, llamando a «un nuevo tipo de relaciones internacionales basadas en la igualdad, la justicia y la cooperación», un orden multipolar en el que la seguridad de un país no vaya a expensas de la de otro y en el que «sea rechazada la idea de seguridad exclusiva», en referencia a la OTAN. Wang reiteró el compromiso chino y asociación estratégica con la UE, «con la integración y soberanía del bloque», y pidió a las partes implicadas en el conflicto de Ucrania: «¿Por qué no se sientan a una mesa redonda y negocian hasta encontrar la manera de implementar los acuerdos de Minsk?».

En ninguna otra edición de la Conferencia se había respirado un ambiente prebélico como este. Diplomáticos polacos confirmaron la compra a EE.UU. de 250 tanques y demás equipo militar por 6.000 millones de dólares. Los ministros de Exteriores del G-7, reunidos en un apartado, acordaron que «no hemos visto hasta ahora pruebas de una reducción. Putin será medido por sus hechos, no por sus palabras» y llamaron a Rusia «a volver a la ruta de la diplomacia».
Source: abc internacional

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