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«No se alquila a los africanos y a extranjeros», así responde al teléfono una agencia inmobiliaria

Cuando la escuchan hablar por teléfono con su acento local romagnolo para buscar una casa de alquiler, en la agencia inmobiliaria siempre le responden con amabilidad y de forma servicial. Luego, al conocer su nombre y el color de su piel, la historia cambia. Todo son excusas para que el alquiler no sea posible. A veces, la respuesta queda en una genérica frase: «Lo sentimos, no alquilamos a los africanos y los extranjeros». Este es el resultado que siempre obtiene una joven de 21 años de Forlì, en la región de Emilia-Romagna, al norte del país, originaria de Burkina Faso, que vive en Italia desde que tiene menos de un año.

Esta es la odisea que la joven, con nacionalidad italiana, ha contado al diario regional “Il Resto del Carlino”: «Mi novio y yo llevamos cuatro años juntos. Él también, de 25 años, es originario de Burkina Faso y llegó a Forlí hace diez años. El año pasado decidimos buscar piso y empezar nuestra convivencia. No sabíamos lo difícil que sería», afirma la joven, que trabaja con un contrato a tiempo determinado en la multinacional Electrolux, mientras que su novio tiene un contrato por tiempo indefinido en el mismo grupo.

«Yo llamo a las agencias inmobiliarias -cuenta la joven-. No tengo acento extranjero, por lo que la llamada telefónica siempre comienza de la mejor manera: el agente inmobiliario es muy amable y disponible disponible todo el tiempo, hasta que me pide que le dé mi nombre. En ese momento cambia el tono, se vuelve mucho más cauteloso y siempre todo queda en nada. Una vez, durante una llamada telefónica, llegamos incluso a hacer una cita para visitar una casa, luego me preguntó mi nombre y, en cuanto se lo di, canceló la cita. ‘Te avisaremos’, dijo, y así terminó la conversación».

«Son muchos los propietarios que no desean alquilar su casa a extranjeros», le dicen las agencias inmobiliarias a la joven. Ella considera que es injusto: «Aunque entiendo su punto de vista – concluye–, no me parece bien que se generalice. Yo siempre he vivido en Italia, he asistido a todas las escuelas en este país, trabajo aquí. Me parece injusto que mi novio y yo no podamos tener la oportunidad de construir nuestro futuro juntos solo porque llevo un nombre extranjero».

Preguntado por el periódico sobre esta discriminación que sufre la joven, el secretario de la organización de propietarios de casas

(Confedilizia) de Forlì-Cesena, Vincenzo Bongiorno, ha explicado que no se trata de racismo: «Hay una gran escasez de casas disponibles y también lo vemos con los italianos con ingresos regulares. No creo que sea un problema de racismo, es una situación generalizada». Entre las principales causas, según Bongiorno, está el bloqueo de los desalojos durante la pandemia y la propensión a vender en lugar de alquilar por parte de quienes tienen una casa que no usan.
Source: abc internacional

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