Johnson ha empezado su comparecencia pidiendo disculpas «por las cosas que simplemente no hicimos bien» y por «la forma en que se ha manejado este asunto», para después expresar su arrepentimiento y asegurar que entiende «la ira» de la población. El ‘premier’, que ha agradecido a Gray su investigación, ha aceptado sus conclusiones, diciendo que «debemos mirarnos en el espejo y aprender». «No sirve de nada decir que esto o aquello estaba dentro de las reglas» o que «la gente estaba trabajando duro», ha manifestado en tono vehemente, y ha observado que «la pandemia fue dura para todos». «Le pedimos a la gente de todo el país que hiciera los sacrificios más extraordinarios», por lo que «pedir perdón no es suficiente», ha asegurado.
Reforma interna
Para expiar su culpa, Johnson ha anunciado que se producirán cambios en Downing Street y en la oficina del gabinete, y que creará una oficina específica del primer ministro. Además, ha considerado necesario revisar el código de conducta del servicio civil y ha prometido que en los próximos días anunciará más medidas destinadas a mejorar el funcionamiento del Gobierno, así como su conexión con el Parlamento. «Lo arreglaré», ha zanjado, en referencia a todo este escándalo que ha provocado su caída en las encuestas y uno de los momentos más oscuros de su mandato.
El líder del partido laborista, Keir Starmer, le ha reprochado a Johnson que «es un hombre sin vergüenza» por no renunciar, afirmando que él y todos los implicados en el escándalo se están «degradando a sí mismos y a sus oficinas», pues han desgastado el «vínculo de confianza entre el Gobierno y el público». Además, dirigiéndose a los parlamentarios conservadores, les ha reogado que «acaben con esta farsa», quitando a Johnson de su cargo.
«Serán juzgados por las decisiones que tomen ahora», les ha espetado . Para Starmer, el primer ministro «está tomando al público por tonto» y se está «escondiendo» tras la investigación policial.
Source: abc internacional